Día 1: línea Roja
Día 2: Línea Azul
Día 3: Línea Verde
San Emiliano es un pueblo pequeño pero con todo su encanto. Sus casas son preciosas.
Pasamos la noche en el Hostal Valle San Emiliano. Aunque antes, para cenar, nos dimos un buen homenaje.
Segundo día. El martes por la mañana nos dirigimos hacia Torrebarrio, inicio de nuestra ruta. Aparcamos bien el coche, nos preparamos e iniciamos la ruta.
Hacía un día espléndido y la gente del lugar como siempre muy amables. Siempre saludándonos y dando los buenos días. Según el mapa, teníamos que llegar al Llaseiro. Un lugareño nos dió unos consejos para que tuviéramos cuidado una vez que le explicamos lo que pretendíamos conseguir.
Atrás dejábamos Torrebarrio.
En este pequeño curso de río rellenamos las botellas de agua. Estaba clarísima y buenísima.
A lo largo del recorrido nos encontramos con varios refugios. Éste fue el que estaba en mejor estado.
Nos encontramos con algunas cuevas que decidimos inspecionar un poco solo. No nos adentramos mucho por no llevar el equipo correspondiente.
La nuebla se estaba aproximando, lo cual nos preocupaba un poco.
Nos encontramos también con varias manadas de caballos y vacas. Eran muy curiosos y se nos acercaban bastantes. 
La niebla nos pilló definitivamente. Y decidimos continuar siguiendo la senda, hasta encontrarnos por la tarde con un bosque de hayedo.
Teníamos que cruzarlo y llegar hasta una pista forestal. Esta parte nos costó mucho porque, ademas de todo lo que llevábamos ya recorrido, el bosque estaba muy húmedo y resvaladizo. A parte de que no había señales del recorrido ni nada. Bueno, en
realidad , en toda la ruta no hábía una señal, seguíamos los senderos realizados
por las pisadas de las vacas.
El bosque era impresionante.
Y por fín, dimos con la pista. Nos quedaba una hora de luz. Hoy no llegaríamos al Llaseiro así quer tenímos que buscar un sitio en donde pasar la noche.
Al anochecer encontramos un claro donde pasamos la noche. Para cenar, fideos chinos que nos supieron a gloria.
Tercer día. Miércoles. Llegada al Refugio del Meicín.
La noche anterior estábamos un poco desanimados ya que no habíamos conseguido llegar hasta el Llaseiro. Estábamos muy muy cansados. Pero a la mañana siguiente, nos levantamos completamente recuperados´y afrontamos la ruta del día con mucho mejor ánimo.
Por fín, el Llaseiro.
Descansamos un rato y nos dirigimos hasta el Llegu (lago)
El Llegu. No tenía mucha agua por la época que era. Eran las 15h más o menos, descansamos un poco, comimos y nos dirigimos hasta el refugio del Meicín. Pudimos llamar por el movil al refugio, ya que hasta ahora no teníamos cobertura. Nos digeron que dejarían encendido el generador para que lo oyeramos y nos orientáramos por la noche.
Al fondo, Los Picos de Europa
Desde aquí divisamos al pueblo de Tuiza.
Por fín llegamos al refugio del Meicín. Nos sorprendió mucho el diseño que tenía.
Hacía 15 días que lo habían abierto. Efectívamente oíamos el generador. Cenamos una sopa castellana que nos sentó de lujo.
Cuarto día. Jueves. Subida a Peña Ubiña (2417 m).
A la mañana siguiente nos preparamos para subir a Peña Ubiña.
La niebla cubría el valle pero a nosotros no nos molestó.
Y por fín, hicimos cumbre en Peña Ubiña. Fue una subida bastante dura por las piedras sueltas que había y lo dificil de algunos tramos. Pero lo que veíamos desde allí arriba mereció la pena.
Al fondo, los Picos de Europa
Después de almorzar en la cima, hicimos el descenso. Una vez realizado, nos dirigimos hasta Torrebarrio, donde habíamos dejado el coche. Al llegar, descansamos, y dejamos el coche en Torrebarrio Alto. Desde allí nos dirigimos de nuevo al refugio. Teníamos que ir hasta Sauceda, donde habíamos alquilado una habitación en una casa rural,
pero estábamos tan cansados y nos trataron tan bien en el refugio que decidimos hacer noche de nuevo allí.
Quinto día. Viernes. Del Refugio del Meicín a Saliencia
A la mañana siguiente nos despedimos del personal del refugio y de Peña Ubiña.
Llegamos al coche y nos dirigimos hasta Saliencia. Antes, al medio día, pasamos por Pola de Lena. Probamos Sidra, setas con queso de cabrales etc. Y de postre una tarta de queso buenísima.
Por la tarde llegamos a Saliencia. Un pueblecito con mucho encanto.
Sexto Día. Sábado. Lagos de Saliencia y vuelta a Sevilla.
Por la mañana nos llegamos a ver uno de los lagos de Saliencia. Solo vimos uno porque nos teníamos que volver de nuevo para Sevilla y ya era tarde.
Nos despedimos de Babia e iniciamos el regreso hasta Sevilla. "Estar en Babia" siempre tendrá un signficado muy especial para mí, a partir de este viaje.
