La comenzamos sobre las 19h del sábado.
Ya desde el principo de la ruta, las vistas eran impresionantes.
Atrás dejábamos las vistas del Veleta que todavía tenía un poco de nieve a mediados de junio.
Pronto el sendero se estrecha y había que andar con mucho cuidado.
Cuando se nos hizo de noche, usábamos los frontales para iluminarnos pero debido a que
las señales del sendero ya no las localizábamos tan bien, sobre las 22:30 decidimos pasar la noche en un llano,
junto a unos árboles, comer algo y descansar para hacer cumbre antes de que amaneciera.
Ese era el objetivo, hacer cumbre y ver amanecer a 2065 metros de altitud.
Descansamos algo , aunque un grupo de cabras se empeñó en visitarnos. No me funcionó
eso de contar cabras para quedarme dormido...
A las 5:30 de la mañana nos levantamos, recogimos un poco y decidimos subir solo
con agua, para no llevar tanto peso, ya que la pendiente se las traía.
Ya estaba amaneciendo pero nos quedaba muy poco para la cumbre.
Por fín y justo a tiempo, vemos a lo lejos el pundo geodésico. Nos encontramos
con un grupo de gente que la habían subido por la otra cara.
Fue muy emocionante y las vistas que teníamos delante de nosotros mereció la pena
todo el esfuerzo realizado. La sombra de la Maroma.
Descansamos un rato en la cima y sobre las 9:30 decidimos regresar.
Aquí fue donde descansamos la noche anterior. Recogemos las cosas y hacemos el camino
de vuelta.
Una ruta chulísima aunque en pleno invierno puede ser bastante peligrosa por la nieve.
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